Enfermedad del beso
de linfocitosis, en un chico de 16 años. |
El virus de Epstein-Barr afecta a los linfocitos, que son células blancas de la sangre que participan en el sistema inmune adaptativo.
La mayoría de las personas están expuestas a este virus cuando son niños, y en ese caso la enfermedad no produce síntomas perceptibles o sólo similares a una gripe. En los países en desarrollo, las personas están expuestas al virus en la infancia temprana con más frecuencia que en países desarrollados. Debido a esto, la enfermedad en su forma observable es más común en los países desarrollados. También es más común entre los adolescentes y adultos jóvenes.
Especialmente en adolescentes y adultos jóvenes, la enfermedad del beso se caracteriza por fiebre, dolor de garganta y fatiga, junto con otros signos y síntomas posibles. Se diagnostica principalmente por la observación de los síntomas, y puede ser confirmada mediante varias pruebas de diagnóstico.
Hombres y mujeres son igualmente susceptibles a la contracción de la enfermedad del beso. Los blancos de Estados Unidos son treinta veces más propensos a infectarse que los afroamericanos.
Los niños también pueden contraer la infección; sin embargo, los síntomas no les afectan de manera significativa y se recuperan más rápidamente de la enfermedad.
Casi la mitad de las nuevas infecciones ocurren antes de la edad de cinco años, pero esta proporción tiende a disminuir con el tiempo en los países desarrollados teniendo en cuenta la higiene.
Si bien la enfermedad raramente es fatal, de vez en cuando el virus permanece en las células de la sangre, lo que afecta a la persona el resto de su vida.
En todos los casos, la persona excreta la enfermedad de forma intermitente en la saliva durante toda su vida. En algunos casos, con mayor frecuencia en los adolescentes, la enfermedad puede conducir a fatiga crónica. La investigación también muestra que las personas infectadas con enfermedad del beso son más susceptibles de contraer esclerosis múltiple.
Historia
La enfermedad del beso fue identificada como un proceso infeccioso por Nil Filatov en 1887 y de forma independiente por Emil Pfeiffer en 1889. De ahí que también se la conozca como enfermedad de Pfeiffer o enfermedad de Filatov.
Anteriormente, la mononucleosis había sido identificada como un síndrome clínico donde aparecía fiebre, faringitis y adenopatía. Aparte del nombre coloquial de "enfermedad del beso" (debido a su transmisión por la saliva), también se la conoce como "mono" en América del Norte y fiebre glandular o fiebre monocítica en otros países.
En 1920, la mononucleosis infecciosa fue reconocida y descrita, por primera vez, en seis pacientes, por E. Larey y H. Douglas Sprunt en el Boletín del Hospital Johns Hopkins bajo el título: "Leucocitosis mononuclear en reacción a una infección aguda (mononucleosis infecciosa)". En ese momento, el virus de Epstein-Barr aún no había sido descubierto y aislado.
La asociación entre el virus de Epstein-Barr y la enfermedad del beso fue reconocida en 1968 por Diehl, Henle y Kohn.